En México 60% del Sistema Arrecifal Mesoamericano, ¿lo estamos cuidando bien?
El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) es la segunda barrera arrecifal más grande del mundo. Se encuentra dentro del territorio de México, Guatemala, Honduras y Belice, en la región del Mar Caribe.
“Es la columna vertebral de estos países en sus actividades pesqueras, tenemos actividad de pesquerías grandes como el mero y la langosta y, brinda mucho en términos de turismo”, afirma Iliana Gallegos Rojano, Maestra en Relaciones Internacionales: Medio Ambiente, de la Universidad del Mar.
En sus más de mil kilómetros lineales de extensión, el SAM resguarda 65 especies de corales, y hasta 500 especies de peces que se ubican en alguna categoría de riesgo. Además, es zona de alimentación y reproducción de especies icónicas como las tortugas marinas y los manatíes.
En el 2012, las actividades turísticas relacionadas con el arrecife generaron una derrama de más de 5 millones de pesos al estado de Quintana Roo, lo que significa una contribución de más de 40% a su economía.
Pero el Sistema Arrecifal enfrenta muchas amenazas. En México, una de las problemáticas más serias y que más daño ha causado a la estructura del arrecife son los encallamientos. “Se conoce como encallamiento cuando un barco puede llegar a pegar y arrastrar estos arrecifes, estos corales duros que le dan la estructura al sistema arrecifal”, explica Iliana Gallegos.
La especialista añade que este es un problema asociado principalmente al turismo no regulado, llamado pirata.
Además de los encallamientos, el SAM enfrenta contaminación al agua causada por actividad agrícola, pesca clandestina, enfermedades altamente contagiosas que afectan a los corales, y por supuesto, también lidia con el Cambio Climático. En los últimos diez años se han perdido casi 9 mil m2 del sistema arrecifal tan solo en México; sin embargo, los daños se extienden mucho más.
“Estamos hablando de un aproximado de 25% de daños por encallamientos, que incluye daños indirectos y asociados al cambio climático, porque hay que recordar que dependiendo la especie, un coral puede crecer 1 cm cada 5 años”, afirma Iliana Gallegos.
Las amenazas que el SAM enfrenta son multifactoriales e interactúan entre sí. Cuando se rompen corales por encallamientos y las condiciones ambientales no son óptimas, ya sea por el cambio climático o por la contaminación al agua, la recuperación será casi imposible.
“Tanto en México como en otros países del 2016 al 2018 hubo bastante recuperación del arrecife, pero de ahí al último reporte que se hizo en el 2022, ya está empezando otra vez a disminuir la salud del arrecife”, complementa Gallegos.
En años previos a la pandemia se incrementó el esfuerzo de vigilancia para las zonas protegidas del arrecife, sin embargo, “la pandemia nos hizo perder vigilancia, y mucha gente por necesidad, por la misma pandemia, pues salieron a pescar sin regulaciones”, afirma Gallegos.
Entre México, Honduras, Guatemala y Belice existe una Declaratoria del Sistema Arrecifal Mesoamericano, a partir de la cual surge la Estrategia SAM, en donde los cuatro países que resguardan el arrecife se unen para crear estrategias de protección y recuperación. Si bien el total del sistema arrecifal se considera protegido bajo esta estrategia, existen limitaciones legales dependiendo del esquema de manejo de cada país y, esto deja huecos vulnerables en el arrecife, que se ven amenazados principalmente por el desarrollo costero.
Cerca de 60 % del sistema arrecifal se ubica en territorio mexicano; de los 4 países, México –en especial la zona de Quintana Roo– es la que tiene mayor desarrollo costero, por lo que el sistema arrecifal mexicano debería ser área prioritaria para implementar medidas de protección más estrictas.
Actualmente, tanto en México como en los otros países, la estrategia debe consistir en ampliar las Áreas Naturales Protegidas y declarar zonas dentro de ellas, donde la prohibición de actividades sea total.
“Es una responsabilidad mayor la que tenemos en México. Tendremos que dar el ejemplo a los otros países”, concluye Iliana Gallegos.